Chinna Katha – El mejor don que se puede pedir a Dios
EL MEJOR DON QUE SE PUEDE PEDIR A DIOS
Nuestra fe disminuye porque nuestras ambiciones son ilimitadas. Había una persona acaudalada que tenía una hija con una nariz chata. El padre deseaba que la muchacha se pudiera casar, pero cada hombre que llegaba y la veía se alejaba enseguida, aunque hubiese sido tentado por la riqueza que obtendría. En aquellos días no había cirujanos plásticos que pudieran remediar aquellas deformidades físicas.
Desesperado, el padre anunció que daría un caudal de dinero a quien se casara con su hija. Finalmente encontró a uno que quería casarse con la chica. El matrimonio se celebró y de ahí en adelante aquella pareja desarrolló una gran fe en Dios. Visitaron muchos templos, realizaron muchas peregrinaciones y se bañaron en muchos ríos sagrados. También conocieron a un santo que les explicó que sólo aquel que había creado la nariz de la muchacha podía darle una forma distinta. Aunque tenía muchas riquezas, la pareja no era feliz en absoluto. La muchacha sentía siempre que la gente la veía y se burlaba de ella. Le sugirió a su esposo que fueran a los Himalayas y pasaran ahí un mes solos. El estuvo de acuerdo y se pusieron en marcha. La muchacha deseaba ardientemente que su nariz fuera distinta y empezó a rezarle a Dios con gran fervor. Dios se le apareció, por su buena fortuna, y le preguntó qué deseaba. Tan pronto como el Señor apareció ante ella, la muchacha le pidió la gracia de una nariz de diferente aspecto; él dijo: «Así será», y le concedió el don que le solicitara. En cuanto desapareció, la chica vio su cara, encontrando que ahora tenía una nariz más grande, y sintió que se había vuelto más fea que antes. Oró otra vez con mayor fervor y Dios apareció nuevamente preguntándole qué deseaba, y ella le respondió que no deseaba tener una nariz tan grande. Dios le dijo: «Así será», y le concedió lo que le pedía. Entonces la muchacha descubrió que su nariz había desaparecido por completo. La lección de esta historia es que aunque Dios está presente delante de ustedes, ustedes no saben qué pedirle.
(Homenaje a Bhagawan, hasta el 24 de abril, día del Mahasamadhi)