Historias de Amor Sai: «¿Qué hiciste allí?»

Narración del Prof. Anil Kumar:

(…continuación)

“Oh, ¡ya veo! Así es que te gustó… ¿Qué hiciste allí? Díme. ¿Te dedicaste sólo a mirar el suelo?

“Oh, no, no, Swami. Fui al laboratorio de bioquímica”.

“¿Qué hiciste allí?”.

“Me hice un análisis de sangre”.

“Oh, ya veo. ¿Qué ocurrió?”.

Normalmente, el laboratorio de bioquímica huele a tinturas, Dettol y otras cosas horribles. Puedes sentirte realmente enfermo en el laboratorio. Aunque estemos sanos, seguramente allí nos pondremos enfermos. Esa es la clase de laboratorios de bioquímica que se encuentran en todas partes.

“¡Oh, ya veo! ¿Y cómo es el laboratorio?”, preguntó Swami.

“¡Este laboratorio no huele a nada!”.

“Oh, ya veo”.

“No he visto vendas tiradas por el suelo. No vi a nadie llorando y la enfermera auxiliar tomó la sangre de forma muy agradable y pulcra. Tenía miedo porque ella tiró de mi mano (Anil Kumar lo demostró) y puso la aguja en alto de esta forma. Pero me la clavó de una forma muy suave, entreteniéndome en la conversación: “¿Cómo se encuentra, señor? Oímos que está dando unas charlas estupendas”. ¡Zopp! ¡Y eso fue todo! (risas) En el momento en el que iba a responder, ¡ella ya me había sacado la sangre! Lo hizo muy bien, Swami. Realizan su trabajo con mucha dedicación. Me siento muy feliz por ello”.

“Y luego, fuera del laboratorio de bioquímica, vi a gente sentada en los bancos. Se sentaban en línea, a la espera de los resultados de los tests realizado, pero al mirarlos, no podía saber quiénes eran pacientes y quiénes auxiliares, porque pacientes y auxiliares se encontraban igual de alegres y sonrientes. Así es que, ¿cómo distinguirlos? Por lo tanto, Tu Hospital es un lugar lleno de sonrisas, comodidad y salud”.

“¡Ah! ¿Te gustó?”.

“Mucho, Swami”.

“Y luego, ¿dónde fuiste?”.

“Swami, fui al traumatólogo”.

“¿Por qué?”.

“Porque el problema está en mi dedo del pie. El doctor me habló de una forma tan cariñosa ¡que olvidé mencionarle mi problema! (risas) Tuvo que preguntarme: ‘¿Qué es lo que te ha traido por aquí?’ Swami, esto no ocurriría en ningún otro lugar”.

“Más tarde, me enteré de que la sección de corazón y el departamento ocular son igual de eficientes. La gente que viene aquí se dedica a servirte a Ti. También sé que los estudiantes del Instituto de Estudios Superiores Sri Sathya Sai, chicos y chicas con títulos superiores, con perspicacia y medallas de oro, están trabajando en el Hospital de Super Especialidades. Trabajan allí como un acto de servicio debido a su devoción hacia Ti. Esto no ocurriría en ningún otro lugar. Estoy muy feliz, Swami”.

“Y no sólo eso, Bhagavan. Quiero decirte otra cosa: quería que me tomaran la presión sanguínea. Eso es todo. Me figuré que debía pedirlo en ese momento en vez de pedirlo más tarde. Así, ¿qué podía hacer? Me dirigí a un hall muy grande donde había pacientes del corazón. Era un salón enorme con el suelo azul oscuro y las paredes blancas. ¡Una habitación muy grande! ¡Swami, me sentí muy contento al ver una sala tan amplia con sólo cuatro camas! Muchos otros hospitales indios habrían convertido ese hall tan grande en seis o diez habitaciones, con dos pacientes en cada una de ellas. En este hospital, Bhagavan tiene sólo cuatro camas. Es un hall enorme que cualquier hospital comercial habría dividido en seis u ocho habitaciones”.

“¡Hmmm! ¿Te gustó eso también?”.

“Mucho, Swami”.

(continuará…)

agosto del 2002
Fuente: «Perlas de Sabiduría», autor: Anil Kumar

OM SRI SAI RAM